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avanzo

“Lo mejor es que te vayas. Lo mejor no es que te vayas.”

Remedios Zafra

Este es un proyecto que habla de las que no estamos ni aquí ni allí, aquellasque no somos de aquí pero ocupamos en el aquí un espacio de formatemporal que casi siempre se encuentra en los bordes, las que hacemoscon lo que les sobra a las ciudades, a las instituciones, a los centros. Esteproyecto se configura como un espacio virtual que es de ellas y para ellas -esnuestro-, porque vivimos en la virtualidad, en lo que no se toca pero se siente.Como Zafra, muchas de nosotras ya no sabemos dónde situarnos. Nuestro trabajoestá en la nube, nuestro cuerpo se pasa la mayor parte del tiempo en un medio detransporte, nuestra subjetividad se construye desde el tránsito. Las que nacemosen un lugar desde el que no se ve el futuro, invertimos todo nuestro tiempo, dineroy energía en esos centros resplandecientes que sólo nos acogen de tanto entanto, cuando les hacemos falta. Del pueblo a la ciudad -o de un país a otro-,vamos transportando junto a nuestros cuerpos cansados un capital cultural quenunca se remunera lo suficiente, pues construir un grupo de apoyo establerequiere siempre demasiada fuerza. Entonces, ¿estamos solas?...

¿cómo vamos a estar solas si somos tantas?

Me he ido tantas veces que no sé si avanzo o retrocedo es una plaza virtual que propicia el encuentro de todas aquellas que una vez dejamos nuestro lugar de origen para servir a un(os) centro(s) y que tras la pandemia nos hemos visto obligadas a abandonarlo(s) y/o hemos decidido rearmarnos desde la periferia.

Aunque algunas de nosotras ya han dado el paso y han abandonado la ciudad, otras aún dudan de las posibilidades que puedan ofrecer aquellos espacios externos a la centralidad porque normalmente se piensan como desiertos culturales.

Es por ello que este proyecto trata de mostrar alternativas geográficas, soluciones burocráticas y formas de vida vivibles para las que existimos en ese in between.

Me he ido tantas veces que no sé si avanzo o retrocedo pretende recoger experiencias y lanzarlas a un espacio común donde poder compartir dudas y estrategias para luchar contra las desigualdades que nos atraviesan y validarnos desde un lugar de enunciación propio, desde el tránsito.

Este proyecto sólo puede tener lugar en el ahora, pues es fundamental replantear las dinámicas laborales que operan desde la economía de la presencia. Es bien sabido que la crisis sanitaria ha cambiado por completo la forma en la que trabajamos y nos relacionamos, digitalizando cada parcela de nuestra vida. Sin embargo, esto supuso una cierta ventaja para muchas de las trabajadoras culturales que sobrevivían en estos núcleos de producción, que vieron en ello una oportunidad para dejar de pagar un alquiler abusivo y buscar una mayor calidad de vida o unas mejores condiciones en términos de producción artística. No obstante, la llegada de la “nueva normalidad” nos ha devuelto a una realidad material que demanda cuerpos de carne y hueso. De alguna manera, esta vuelta a la carne trae consigo cierta hostilidad hacia esos cuerpos que no tienen su base en los centros. La eterna pregunta “¿pero tú no eres de aquí, no? ¿dónde vives?”, seguida de un “¿no vives aquí? ¿no tienes estudio / casa / trabajo aquí?” se vuelve agresiva cuando la enuncia alguien que entiende ese aquí como algo que le pertenece, y que por su procedencia o clase social cuestiona a ese cuerpo situándolo en un lugar-otro que no merece estar en el centro.

retrocedo